top of page

Cariño: estos no son tiempos para querer

Y hoy después de agotar a Adele y Damien Rice hasta el cansancio, entendí, que no se daba, porque simplemente el egoísmo hizo su trabajo, en vos, en mí y seguro en otros cientos...

Publicado en octubre de 2017


Nos lo pintaron bonito, con ojos brillantes, como si viviéramos en un cuento de los hermanos Grimm, como si esa sensación en el estómago fuese lo único que necesitábamos para ser felices, pero no nos advirtieron que tal vez estos no eran tiempos para querer.


Tú me traes una imagen que me huele a cigarrillo, a manos secas y una sonrisa profunda, sacada desde tu hígado maltrecho, me traías, porque en pasado los verbos te suenan más lindo. Me traías la frescura de las risas, la sensación de ir a velocidades ilegales y el vacío de ese sentimiento pegajoso del que no se hablará en este párrafo. Pero como en los finales más lógicos, y menos cargados, nos teníamos que estrellar, es que ya nadie anda a esas velocidades primor, y lo único que logramos fue matar de a poquitos lo bonito y entender que simplemente no son épocas.


No son tiempos para querer lindura, eso nos lo repetíamos en ese intento de amistad libre, en la que nos queríamos lo suficiente para no soltarnos, pero no lo bastante para darnos más. Y hoy después de agotar a Adele y Damien Rice hasta el cansancio, entendí, que no se daba, porque simplemente el egoísmo hizo su trabajo, en vos, en mí y seguro en otros cientos que hoy sienten esta misma mierda. Los momentos tristes de historias pasadas se nos han venido clavando en algún lugar del cuerpo (¿Acaso será el hígado?) y cumplen su trabajo diario: frenarnos las intenciones cada que pretendemos ceder otro poquito, las espantan, las acaban y finalmente ni para la amistad nos alcanza.


No sé de donde nos ha llegado esa incapacidad para querernos, pareciese que amasemos más las dudas, la sorpresa de un mensaje no esperado o el dolor tan profundo que se siente al finalizar ciclos. Ahora bien, si lo pienso, podría ser el miedo, somos una generación de tantos temores, no queremos entregarnos, a veces ponemos obstáculos que no nos dejan fluir y nos vamos quedando en la nada conocida.


Sin embargo, después de vos, del fotógrafo frustrado y del hippie en potencia, puedo decir con una hipótesis casi científica, que esto tampoco son tiempos para largos duelos. Los mándalas, la meditación, los playlist post shit, los tequilas de fin de semana, las amigas irónicas y que tu trabajo sea el soñado, aplacan todo, te hacen reír y a la vuelta de la esquina primores, solo estaremos seguras que no era el segundo indicado, que esta historia (o las suyas) y sus aprendizajes fueron eso, un ratico bonito, pasajero, para recordar y tal vez no para volver a vivir, porque por el momento no son tiempos para querer.


Marcela Cataño

Nota: Marcela fue una de las ganadoras de la convocatoria para ser bloguera invitada.

Valeria cuadrado.jpg

Hola, ¡gracias por leerme!

Si deseas conversar conmigo o sugerir más temas para el blog, escríbeme en mi cuenta de Instagram

Recibe todas
las entradas.

¡Gracias por tu mensaje!

  • Instagram
  • Facebook
  • Twitter
  • Spotify
  • Spotify
bottom of page