El sexo gourmet
Definitivamente es más satisfactorio, cuando en vez de “tener” sexo decides “degustar” el sexo.
Un día de aquellos bien ajetreado, tenía tanto trabajo y poco tiempo que se me pasó la hora del almuerzo, instintivamente mi tripas sonaron y pensé que debía buscar algo que meter en mi estómago, entonces mi opción fue comprar un perro caliente en la esquina. Unas semanas después en la tranquilidad de mi apartamento, mientras tomaba un exquisito Cabernet Sauvignon, empecé a saborear lentamente su densidad y el aroma frutal inundó mi olfato, cada sorbo fue como si disfrutara de la última copa que vino que quedaba sobre la tierra, entonces en voz alta dije “Sabe a placer”.
Y llegué a la conclusión que así mismo pasaba con los polvos, mientras algunos son deliciosamente eróticos, otros simplemente son fisiológicos y no es que sepa mal la salchicha cajellera pero definitivamente es más satisfactorio, cuando en vez de “tener” sexo decides “degustar” el sexo.
Por ejemplo cuando vas a probar un famoso plato de un restaurante que te recomendaron, no lo haces simplemente porque tienes hambre, sino que utilizas todos tus sentidos para experimentar aquel manjar de la cocina Gourmet y esto va más allá del acto de comer. Volviendo a la analogía, no quiere decir que cada vez que tengas un polvo deben que salir fuegos artificiales, ni hacer piruetas exóticas como si fueras acróbata del Circo del Sol, la clave es darle a tu sexualidad la importancia que se merece y no limitarse al “mete y saca” o hablar de vulva y penes sino de excitar la mente que es el ingrediente que mueve todo.
Sin saberlo yo era una sibarita sexual y librepensadora, que tenía muy claros estos conceptos, pero que durante mucho tiempo fui juzgada por una manada de mojigatos que no comprendían que la creatividad de nosotros los seres humanos nos hacen diferentes del resto de especies que limitan el coito para fines reproductivos.
Entonces como una señal mi amiga “ninfaura” me compartió un artículo sobre el Orgasmo Gourmet y luego encontré un Ebook llamado Sexo Gourmet que fueron mi inspiración y sirvieron de aliciente para comprender que mis pensamientos y deseos iban en la dirección correcta, aunque también sentí envidia porque lastimosamente no se me ocurrió la genial idea de escribirlos primero! Sin embargo quisiera compartirles algunas recetas aprendidas para que las incluyan en su menú erótico.
Convertir el sexo en algo excelso es una tarea que puedes experimentar contigo misma, o que se debe llevar a cabo con una pareja (Ya sea estable o de turno) con potencial de sibarita que tenga imaginación y espíritu de Chef, y al igual que en la comida se deben tener en cuenta: la calidad de los ingredientes, la forma de preparación, entender cuál es el momento justo para sazonar, respetar los tiempos de ebullición que en el caso de nosotras las féminas es más complejo, tampoco olvidar la presentación del plato y luego deleitarse con el proceso de degustación.
Todos los pasos mencionados son substanciales porque el Sexo Gourmet no tiene como objetivo principal el coito, pues no hay que pensar únicamente en llegar a la meta sino disfrutar de todo el recorrido. Es un camino excitante que inicia desde el juego de miradas, escoger el ambiente adecuado, tal vez salirse de las barreras de una cama, generar una disposición de cuerpo y mente, dedicarle largo rato a la etapa de seducción cocinando a fuego lento las emociones y las ganas.
Las mujeres respondemos positivamente al tacto debido a que tenemos mayor sensibilidad en la piel y estos aperitivos antes del plato principal, que en la vida real llamamos besos y caricias nos encantan. Nuestro olfato que también está muy desarrollado y se estimula cuando un sujeto huele bien y desprende masculinidad combinada con un encantador perfume. En el caso de los hombres siguen conservando su espíritu de cazador y les gustan los juegos, también son más visuales así que detonaran con esos detalles que fascinen a sus ojos, como una pequeña y provocativa prenda de lencería.
No faltará quien que crea exagerado invertir tanto esfuerzo en un polvo, y está en todo su derecho si piensa que es feliz comiendo todo el tiempo papas fritas y fast food, aunque a largo plazo su relación de pareja y vida sexual sufrirá de tensión alta y colesterol. Pero mi argumento más contundente antes los incrédulos es: ¿Si el sexo es bueno porque no convertirlo en algo mejor?
Valeria DeBotas
www.instagram.com/valeriadebotas/
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