El 'yo me quiero' va antes del 'yo te quiero'
A las mujeres nos da mucho miedo la soledad porque desde tiempos inmemoriales, nos enseñaron a ser ajenas a nosotras mismas, a que teníamos que llenar nuestra vida con otras personas, marido e hijos...

Publicado en diciembre de 2018
“No podía quedarme sin pareja, porque no me agradaba la versión de mi misma cuando estaba sola. Me gustaba sentirme querida, sentirme importante para alguien. Como si fuera una forma de reconocerme a través de lo que ese otro pensaba de mí.
En resumen, yo no era yo, yo era lo que creía que los demás habían hecho de mí, era un Frankenstein, un retazo de memorias y recuerdos ajenos, pues me había desentendido completamente de mis responsabilidades y de manera inconsciente aplazaba las conversaciones pendientes que tenía conmigo misma.
Hasta que un día las circunstancias me llevaron a hacerme esas preguntas importantes acerca de quién soy, de que es lo que quiero, que deseo, que necesito y de que soy capaz. Y si no me tomaba el trabajo de conocerme, de analizarme, de tratar de entenderme entonces nunca tendría la oportunidad de amarme lo suficiente y de tener alguna claridad de hacia dónde voy.
Entonces me quise y quise todo lo que había en mí, tanto lo fácil de digerir, así como aquello que no era sencillo de comprender, pues mis ansiedades son tan mías como mi sentido del humor y porque no puedo negar quien soy, porque al negarme, me estoy queriendo menos, y al quererme menos, me estoy cerrando a tantas cosas buenas que suceden cuando una se empieza a mirar con ojos de amor, como cuando te das cuenta que tú eres la mujer de tu vida.”
Reflexiones de Valeria
La importancia del autoconocimiento
A las mujeres nos da mucho miedo la soledad porque desde tiempos inmemoriales, nos enseñaron a ser ajenas a nosotras mismas, a que teníamos que llenar nuestra vida con otras personas, marido e hijos, porque nuestra principal vocación siempre estuvo enfocada en servir y cuidar del resto. Por eso era tan importante encontrar a quien dedicarle nuestra existencia, sin esto quedábamos sin pies ni cabeza, abandonadas a nuestra mala suerte por no tener a alguien a quien querer.
De niñas nos asustaban diciendo que el coco nos iba a comer, luego con el paso de los años nos amenazaron con la frase de “te vas a quedar sola” como si el peor castigo del universo fuera estar consigo misma. Ignorando que si dependemos de los demás para construir nuestro bienestar será natural que la soledad se vea como algo atemorizante.
Para mi estar sola fue indispensable. Me ayudó a descubrirme, a construir mi individualidad y me hizo fuerte. Estar sola fue hacer una pausa en medio de tanto acelere, estaba cansada de ser complaciente y abnegada con demasía, quise respirar para mí y por mí. También fue el silencio que necesitaba para escuchar mi voz interna, sin el barullo de la calle, o la voz ronca del exnovio de turno. Estar sola fue aprender a no esperar nada de nadie, no por resentimiento o decepciones, sino porque es más práctico esperar más de mí como una muestra de la confianza que tengo en mis capacidades y habilidades.

Mitos románticos
Luego de cierta edad, algunas de tus amigas empiezan a leer y a regalarte esos libros en los que te explican todas las técnicas para conseguir marido, desde volverte más seductora, o fingir que eres morronga para que el tipo no se espante con tu inteligencia y hay unos que afirman que es infalible eso de ser una completa cabrona. Existen miles de tips para aprender a pensar como los hombres, para conocer sus técnicas y dentro de su mismo juego, conquistarlos.
También están las dichosas telenovelas que muestran como el amor triunfa sobre todos los obstáculos habidos y por haber, por encima de la clase social, la madrastra loca, el tipo obsesivo, la maldad, los cachos, los accidentes automovilísticos y todos los rollos mentales de aquellos personajes estereotipados que son el pan de cada día en esos culebrones.
Después están las comedias románticas, aquellos cuentos de hadas del siglo XXI, que ves en el cine o que tú misma, buscas por Netflix. Entonces te identificas con aquella historia de la chica neurótica, linda, medio torpe, muy inteligente cuyo círculo cercano y lejano le vive recordando que no tiene pareja, que encuentra por fin al tipo especial que la quiere y que la entiende.
Y no puedo olvidar aquellos libros romántico-eróticos con algo de ciencia ficción, en donde el amor de una abnegada mujer es tan fuerte que puede rehabilitar el más duro corazón del millonario de moda. Así que no importa lo que se sufra porque después de todo, el final feliz es la recompensa. Y el final feliz se traduce en conseguir a un tipo.
Pareciera que la mayor parte del tiempo nos están bombardeando con mensajes acerca de encontrar el amor verdadero. Le inyectaron esteroides al mito y con la azucarada frase de “y vivieron felices" nos vendieron la idea del romance eterno y perfecto, una especie de contentillo para hacer menos dura la cotidianidad, pues se supone que una de las formas de alcanzar la verdadera felicidad es a través de una pareja. Y aunque no se le niega a nadie que tener una relación romántica puede ser una gran experiencia y que es lindo sentirse querida, el gran problema es que nos enseñaron a buscar el amor afuera, cuando primero debemos buscarlo y construirlo dentro de nosotras mismas. Si desde pequeñas aprendiéramos esto o por lo menos fuéramos medio conscientes de su importancia, creo que nos evitaríamos una cantidad de líos en nuestras relaciones futuras.
Amor propio
El grado de amor que sientes hacia ti misma será parte importante en las decisiones que tomes en cualquier aspecto, en este caso específico de tu vida amorosa. Ya que no puedes exigirle a los demás, aquello que no tienes.
Así que, partiendo de lo básico, una fémina que no se ama lo suficiente, siempre buscará en la compañía de otros, esa aprobación que necesita para saber si realmente vale. Si no se acepta tal y como es, su reacción instintiva será negarse al amor pues será difícil que quiera a alguien y mucho menos entenderá que ese alguien también la puede querer. Si no se valora lo necesario, tal vez terminará eligiendo de manera repetida a sujetos bastante confundidos que la hieren y ella lo permitirá una y otra vez ¿Y por qué? ¡La respuesta es obvia! Porque no se respeta y tal vez no se había dado cuenta de eso.
En conclusión, si tienes una autoestima alta, tendrás un concepto claro de ti misma y no necesitaras a través de terceros validar quien eres en realidad. Te reconocerás como un ser autónomo que invierte el tiempo que sea para construir su identidad. No estarás dispuesta a renunciar a tus metas y gozarás de espacios para desarrollar actividades gratificantes. Sin creerte mejor o peor que el resto de los mortales, confiarás en ti como la dueña de tu destino.
Quererte es aprender a ser responsable y comprender que todo lo que te ha sucedido es resultado de las decisiones que consciente e inconscientemente has tomado. Traducción: no hay lugar para culpar a otros. Es volverte realista y reconocer tus defectos, pero sin tirarte duro, también es valorar todas las cosas buenas que tienes de nacimiento y las que has aprendido durante todo este tiempo. Es mejorar el concepto que tienes de ti misma.
El amor propio no tiene por qué debilitarse frente el espejo, ni temerle a la soledad, ni resentirse con una tusa y mucho menos diluirse ante una relación de pareja. Cuando te descubres, tu estado civil se vuelve secundario y empiezas a sentirte feliz sin importar si estas soltera o acompañada.
Y luego, si decides salir construir una relación de pareja, ya no vas a pretender que se convierta en tu salvador, pues habrás entendido que nadie más que tú le puede dar sentido a tu vida. Por consiguiente, el afecto que llegues a experimentar hacia él, será por la conexión emocional que tienes con este y no por un sentimiento de dependencia. Palabras más o palabras menos, él representará una parte significativa de tu mundo, más no quiere decir que será tu mundo entero.
Valeria DeBotas
www.instagram.com/valeriadebotas/
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