top of page

Mi historia con el señor Narcisista

En aquel entonces no entendía sus comportamientos, me devanaba los sesos intentando adivinar la razón de porque decía que me quería y al mismo tiempo me hacía tanto daño.

Debo decir que estaba muy enamorada y que lo tenía en un pedestal, hasta llegué a sentir que no lo merecía, pues mi poca autoestima y apendejamiento nublaban mi juicio. Afortunadamente al pasar el tiempo me di cuenta que era todo lo contrario, porque yo fui demasiado buena para este sujeto de pesadilla que parecía sacado de las pinturas negras de Francisco de Goya.


Y con esto no pretendo victimizarme, la historia sucedió hace mil años y ya tuve el tiempo suficiente para hacer el duelo y aprender de la situación, pero en aquel entonces no entendía sus comportamientos, me devanaba los sesos intentando adivinar la razón de porque decía que me quería y al mismo tiempo me hacía tanto daño, y hasta parecía disfrutarlo.


Unos meses después, gracias a mi psicóloga de aquel entonces y a varios libros de autoayuda comprendí que mi expareja tenía un TPN que no quiere decir Triple Patán Nea*, sino Trastorno Narcisista de la Personalidad.


El saber esto me liberó de muchas cargas que estaba llevando, porque supe que no era mi culpa, pues durante el tiempo que estuve saliendo con el señor N, me hizo creer que yo estaba loca, que era exagerada y demasiado sensible. (esto se llama gaslighting y es abuso emocional, pero mi yo del pasado lo desconocía.)


Las personas con trastorno narcisista poseen un sentido exacerbado de su propia importancia, por ejemplo, mi ex cual pavo real solía contar historias épicas de sus triunfos, que tiempo después corroboré con personas que estuvieron allí y me dijeron que había exagerado todo. También tienen la necesidad de llamar la atención en cantidades industriales, siendo la cereza del pastel su falta de empatía. Por ejemplo: Al susodicho le encantaba coquetear con otras mujeres y lo hacía delante de mí, porque le importaba poco lo que yo estuviera sintiendo.


Y ustedes se preguntarán porque seguía con él, pues todo tiene una explicación y es que al principio fue un maravilloso de cuento de hadas, era atento, protector, demasiado amoroso, estaba muy pendiente de mí y además era bueno en la cama.


En síntesis, me bombardeó con su falso amor y atenciones, entonces mis daddy issues y heridas sin sanar hicieron ´match´ el con estafador emocional perfecto. Cómo dice mi tía, se juntó el hambre con las ganas de comer.


Cuando Mr. Maquiavelo logró su objetivo, o sea que me enganchara y enamorara locamente, empezó a cambiar de manera sutil por lo que a veces era distante y a veces actuaba con visceral alevosía. Por supuesto, me conocía tanto que lo utilizaba para colocar su dedo en mis llagas, haciéndome sentir la mujer más horrible y poca cosa del universo, pero yo seguía queriendo esa versión inicial y creía que pronto volvería a ser el de antes.


Como a una mascota que quería dominar, me daba migajas de cariño y luego me las arrebataba, esto es una técnica bastante utilizada por las personas con trastorno narcisista para manipular a sus parejas.


¿Y cómo salí de la relación? Si les cuento el drama completo me extendería mucho y terminaría haciendo otro libro o más bien una telenovela… Mi realidad era evidente y todo el mundo se había dado cuenta, solo faltaba que por fin me diera cuenta yo. Lo cierto es que se acumularon muchas cosas, tantas y tantas que la gota rebosó el vaso y ya no pude tapar el sol con las manos.


Además, aparecieron pequeños brotes de autoconciencia que sembraron semillas en mi interior, lo que me llevó a decir NO MÁS. Durante el proceso fueron claves mis redes de apoyo, el acompañamiento terapéutico y mi deseo de fortalecer una autoestima deteriorada.


Con dificultad y mucho dolor, lo dejé. Lo peor es que sentía que aún lo quería porque fueron dos años bien intensos que no salían de mi cabeza y de mi corazón, cada vez que pensaba en él se me arrugaban las entrañas, sin embargo, una vocecita en mi interior llamada sentido común, me daba fuerzas cuando mi niña herida quería buscarlo para hacer las paces.


Me había vuelto adicta a su ego avasallador, por eso tuve que poner distancia para sanar, así que me cambié de ciudad, cambié de hábitos, lo bloqueé de mis redes y de mi vida real. Una tarea titánica para alguien como yo que tiene voluntad dispersa.


Cuento mi historia para que sirva de espejo, sobre todo a aquellas féminas que están experimentando algo similar. Ojalá que este post les ayude a ver con mayor claridad las señales, que abran los ojos y que huyan lejos, muy lejos.


🔊Aprende a identificar a una persona narcisista, escucha este episodio en mi Podcast disponible en iVoox y Spotify


Valeria DeBotas

www.instagram.com/valeriadebotas/

twitter.com/ValeriaDeBotas


💖Si quieres empezar a construir un amor propio robusto adquiere mi libro LOVEFULNESS disponible en librerías de Colombia, ebook en plataformas digitales y audiolibro en Storytel.





Valeria cuadrado.jpg

Hola, ¡gracias por leerme!

Si deseas conversar conmigo o sugerir más temas para el blog, escríbeme en mi cuenta de Instagram

Recibe todas
las entradas.

¡Gracias por tu mensaje!

  • Instagram
  • Facebook
  • Twitter
  • Spotify
  • Spotify
bottom of page