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Venganza con V de Veneno

Como una herida abierta que insistimos en lastimarla cada vez que recordamos lo que esa persona nos hizo...

Escrito el 4 de febrero de 2013


¿Si la venganza es un plato que se sirve frío, será que es algo parecido al sushi?


No niego que es satisfactorio encontrarse después de cierto tiempo con alguien que te aporreó el corazón y que se sorprenda porque te vio muy bien en todos los “mentes”: física, mental, espiritual y material. Pues a pesar del duro golpe quedaste viva para contarlo… Pero la historia no termina allí y se pone mucho mejor, cuando viene el zarpazo decisivo para adornar la escena y tú con una mirada asesina, moviendo tu cabello al viento sin perder la sonrisa, te das el lujo de hacerle el desplante a ese iluso que creyó que podrían revivir viejos tiempos. Donde hubo fuego cenizas quedan, es una frase utilizada por aquellos con tendencias pirómanas o que piensan que las mujeres seguiremos esperándolos x ever.


Es difícil no dejarse tentar por el placer de una revancha, sobre todo porque una mujer herida es muy peligrosa sino acuérdense de la monita de Kill Bill. Nosotras contamos con un arsenal de piernas largas, lengua larga y una paciencia aún más larga, mientras llega el momento justo para atacar.


Los deseos de vendeta son similares a pequeñas dosis de cianuro, generados por el resentimiento y el hecho de no haber perdonado. Como una herida abierta que insistimos en lastimarla cada vez que recordamos lo que esa persona nos hizo, creemos estúpidamente que luego de idearnos un plan macabro maltrataremos al otro, a sabiendas que somos nosotros quienes llevamos el veneno adentro. Porque luego de finalizar el juego de poderes, de pavonearse con otra pareja, publicar el foto estudio en Facebook, o de romperle todos los boxers, el dolor sigue ahí y la venganza no alcanza para calmar la sed.

Como decía el maestro Mario Benedetti

El mayor error del ser humano es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón”.

Pero los totazos me han enseñado que además de ser doloroso para la víctima y el victimario, es insano y la espinita no dejará que la vida continúe. Por eso un día reaccioné y dije que no quería cargar ese equipaje tan pesado lleno de malos recuerdos y que por razones de terquedad me negaba a soltar. La palabra venganza aunque tiene la V de veneno también debería escribirse con B grande, ya que nos hace muy brutos y es similar a un ancla que cumple la función de impedir que nuestro barco siga a horizontes nuevos y buenos que lo esperan en cualquier otro puerto menos atormentado.


A través del tiempo me di cuenta, que en juego largo no hay necesidad de desquite porque a veces sin tener que mover un dedo, todo se confabula para que suceda el resarcimiento; y esto pasa cuando nuestra energía y esfuerzo se enfocan hacia la felicidad propia y no en hacerle daño a otro. Luego que el susodicho ya no te produce ni amor, ni odio o dolor, sino la más insignificante de las indiferencias, has logrado el cometido de seguir adelante.


El olvido, es el golpe más grande que se le puede dar a una persona, quitarle el poder que tenía sobre nuestras emociones y nuestra vida… Esa es la mejor venganza.

Valeria DeBotas

www.instagram.com/valeriadebotas/

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